2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar, para espolvorear
Preparación
En un recipiente poco profundo, vierte el café y déjalo enfriar. No lo endulces, ya que las galletas aportarán suficiente dulzura.
En un tazón grande, bate el queso mascarpone y el azúcar hasta obtener una mezcla suave.
Agrega las yemas de huevo una por una, batiendo bien después de cada adición. Añade también el extracto de vainilla y mezcla hasta que esté todo incorporado.
En otro tazón limpio, bate las claras de huevo hasta obtener picos firmes.
Con movimientos suaves y envolventes, incorpora las claras batidas a la mezcla de mascarpone hasta obtener una crema homogénea.
Moja ligeramente las galletas en el café enfriado, uno a uno, y colócalos en el fondo de un molde rectangular o cuadrado.
Cubre las galletas con una capa de la crema de mascarpone. Alisa la superficie con una espátula.
Repite el proceso, colocando otra capa de galletas mojadas en café y otra capa de crema de mascarpone. Puedes hacer varias capas, dependiendo del tamaño de tu molde.
Termina con una capa de crema de mascarpone y espolvorea generosamente con cacao en polvo.
Cubre el tiramisú con papel film y refrigéralo durante al menos 4 horas, preferiblemente durante la noche, para que los sabores se mezclen y las galletas se ablanden.
Antes de servir, espolvorea nuevamente con un poco de cacao en polvo.
Corta el tiramisú en porciones y sírvelo frío. ¡Disfruta de este delicioso postre italiano